Los feminicidios siguen escalando en Cuba. Tanto en contextos urbanos como rurales, son una manifestación extrema de violencia de género que requiere atención y abordaje integral, dijo a Martí Noticias Iliana Álvarez, directora de la plataforma feminista Alas Tensas.
“Visibilizar esta realidad es fundamental para construir políticas que protejan a todos, sin importar dónde vivan”, recalcó la activista, luego que los observatorios de género verificaran, durante el fin de semana, otros dos feminicidios, uno en la ciudad de Cienfuegos y otro en la capital holguinera.
Las mujeres fueron asesinadas por sus parejas: Yailín Requejo Miranda, de 41 años, en el barrio Cruce del Coco de Holguín y Yailín Carrasco Pérez, de 29, en el barrio Pastorita de Cienfuegos.
Requejo Miranda fue apuñalada en la vía pública por su esposo, quien también atacó a la hija adolescente de la mujer, mientras otro menor presenció la escena. El agresor huyó, pero fue capturado días después, informaron fuentes oficiales.
Carrasco Pérez fue degollada por su pareja, al amanecer del 22 de julio, en presencia de su hija de seis años, que fue quien alertó a los vecinos.
En las ciudades, la violencia contra las mujeres puede ser más visible, y debería haber un mayor acceso a servicios de denuncia y atención, pero esto no implica que la violencia sea menor en zonas urbanas.
Los datos compilados por el Observatorio de Género Alas Tensas (OGAT) y la plataforma Yo sí te creo en Cuba(YSTCEC) durante el 2024 muestran una realidad alarmante:
“El 42,9% de los 56 feminicidios verificados ocurrieron en zonas rurales, a pesar de que estas áreas no concentran la mayor densidad poblacional. Esto indica que las mujeres que viven en el campo enfrentan igual, o incluso mayor riesgo de violencia, con un acceso muy limitado a servicios de protección, atención médica y justicia”, señaló Álvarez.
“En el contexto cubano, esta vulnerabilidad se profundiza por el aislamiento, la precariedad estructural y la falta de instituciones confiables que respondan con urgencia”.
La especialista del observatorio Alas Tensas, Yanelys Núñez, agregó que, a pesar que la cifra de feminicidios “producidos en el espacio urbano es superior, siempre destacamos que en el campo cubano hay más vulnerabilidad para las mujeres porque hay más problemas de transporte, más precarización, más alejadas están las estaciones de policía y también está lamentablemente más naturalizado, aunque no hay estadísticas sobre eso, las violencias hacia las mujeres y las niñas”.
Pero, tanto en zonas urbanas como rurales, la violencia contra las mujeres está arraigada en estructuras sociales y culturales que perpetúan la desigualdad y la discriminación entre los géneros, mantenidas durante siglos y “que tienen graves repercusiones físicas, económicas y psicológicas no solo en mujeres, niñas, y en la comunidad LGBTIQ+, sino también en otros grupos vulnerables” apunta el OGAT en su informe 2024.
Con estos crímenes, se elevan a 21 los casos comprobados de feminicidio en lo que va de 2025. Además, los grupos independientes registraron el asesinato de un hombre por motivos de género, dos intentos de feminicidio, a la vez que investigan alertas en Santiago de Cuba, La Habana y Camagüey.
La semana pasada, el estatal Observatorio de Cuba sobre Igualdad de Género (OCIG) reportó, sin precisar la fecha del feminicidio, que los procesos judiciales concluidos en 2024 arrojan un total de 76 mujeres cubanas de 15 años o más asesinadas por razones de género.
“La verificación de 56 feminicidios en 2024 —una reducción del 37 % respecto al año anterior— no debe interpretarse como una mejora en la protección de los derechos de las mujeres, sino como resultado de un entorno de opacidad institucional, ausencia de datos oficiales, censura mediática y limitaciones metodológicas para la verificación. La violencia feminicida sigue siendo un problema estructural y sostenido, concluye el informe anual de OGAT.
Foro